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Vista del complejo volcánico Galeras
La historia del complejo volcánico Galeras se cuenta en cinco vidas sucesivas: Cariaco, Coba Negra, Genoy, Urcunina y Galeras, volcanes que, en ese orden y con excepción del último, se originaron, crecieron, erupcionaron, se destruyeron y dejaron las bases para la conformación de los siguientes. Hoy, el sobreviviente de ese proceso evolutivo que empezó hace 1,4 millones de años, con la consolidación de Cariaco, es el “guardián de Pasto”, el gran Galeras, ese que nació hace 900 años y que es monitoreado 24 horas al día y 7 días a la semana por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico del SGC.
Todos los detalles de la evolución de este complejo volcánico —se reconoce como tal porque su existencia ha sido posible gracias a la actividad de varios volcanes— están consignados en un nuevo mapa geológico desarrollado por el equipo de Geología de Volcanes del SGC. En este se especifican, por ejemplo, hace cuánto sucedieron eventos eruptivos y cuáles fueron sus alcances geográficos, qué tipo de materiales caracterizaron cada uno de los volcanes, y cómo fueron los cambios de paisaje que se derivaron de la modificación o el colapso de edificios volcánicos, entre muchos otros aspectos.
Según Ana María Correa Tamayo, líder del equipo, el levantamiento de la información sobre el proceso evolutivo del complejo y la realización del mapa se dieron entre 2017 y 2022. Posteriormente, ella y su equipo empezaron a diseñar una estrategia de divulgación que les permitiera regresar al territorio para compartir los hallazgos del estudio con las comunidades que habitan el complejo. Esto fue lo que hicieron a mediados de noviembre de 2024, luego de que en octubre se oficializara el nuevo mapa (que tuvo como base el mapa geológico anterior, realizado por la vulcanóloga Marta Calvache).
Este libro tuvo una gran acogida entre las comunidades, “nos dijeron que iba a ser una herramienta muy útil para amplificar la información con más habitantes de sus municipios. Queríamos que las personas supieran la razón por la cual el Galeras es un complejo volcánico, y que pudieran reconocer, por ejemplo, cuál de los cinco volcanes ayudó a conformar el suelo en el que viven”, agrega Villamil.
Por su parte, Luisa Acosta, geocientífica que también participó en la elaboración del mapa y del libro, hace énfasis en que este último incluye la definición de ciertos conceptos que les ayudan a las comunidades a entender mejor la importancia de los mapas geológicos, así como los procesos que permiten el origen y la evolución de los volcanes. “Lo que queríamos era poner todo este conocimiento al servicio de la gente. Como equipo tenemos una responsabilidad científica y social de devolver a los territorios la información que nos entregan, pero más allá de eso, vemos la necesidad de que la gente se apropie de este conocimiento”.
Esa necesidad, explica Ana María Correa Tamayo, está sustentada en el propósito de que los habitantes de las zonas volcánicas no solo vean los volcanes como una amenaza, sino que reconozcan en ellos su valor paisajístico, ecoturístico, científico (por ejemplo, para investigaciones en el campo de la geotermia) y económico. Esto, por supuesto, sin olvidar una adecuada gestión del riesgo. “Buscábamos llevarles el mensaje de que viven en una zona compleja, pero si la conocen tienen una ventaja en cualquier contingencia futura”.
Otro esfuerzo de divulgación del nuevo mapa geológico del complejo volcánico Galeras
Además de los esfuerzos divulgativos en territorio, Indira Zuluaga, geóloga del equipo de Geología de Volcanes, realizó una charla virtual abierta al público (19 de noviembre) para explicar cuáles fueron los eventos que marcaron la evolución del complejo volcánico Galeras —con énfasis en el tipo de fenómenos como flujos de lava, flujos piroclásticos y caídas piroclásticas, que dieron origen a los depósitos que conforman este complejo—, qué características tuvieron los volcanes del complejo y cómo se interpreta el nuevo mapa geológico.
Como dato curioso, señaló que las laderas que se observan desde la ciudad de Pasto no pertenecen, como se cree, a Galeras, sino que son producto de la actividad de Urcunina, el cual se formó hace 9000 años. Otras curiosidades de este tipo están incluidas en el libro “Historia del guardián de Pasto”, el cual ya está disponible aquí.