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Lengua de señas
Por: Sergio Gaviria Melo, Asesor
Conocí al profesor van der Hammen en 1976 en una conferencia que dictó en el Planetario Distrital sobre el descongelamiento de los glaciares en Colombia, tema que nos dejó muy preocupados a un grupo de estudiantes montañistas que en esa época escalábamos los picos nevados del país. A la pregunta ansiosa sobre el posible plazo, contestó: “Yo creo que en unos cincuenta años". Todos nosotros, jóvenes en la época, respiramos aliviados. Pero el tiempo pasa muy rápido y esa acertada visión se está cumpliendo en el término predicho por el profesor.
Entre los glaciares que existían en los años 70, varios ya desaparecieron o están a punto de extinguirse. El IDEAM, en cabeza del glaciólogo Jorge Luis Ceballos ha medido en los últimos treinta años el descongelamiento de algunos y anuncia la desaparición inminente del glaciar Conejeras en el Santa Isabel durante este año.
Ya en los años 40 del siglo pasado, Erwin Kraus -reconocido pintor y fotógrafo- pionero del montañismo en Colombia, había visitado en expediciones personales muchas cumbres nevadas de la alta montaña colombiana. Entre las anécdotas que narraba, en una excursión al páramo de Sumapaz en 1937 conoció un anciano que fue testigo de la desaparición del último resto de hielo en el cerro Nevado (4320 m.s.n.m) durante los terremotos de 1917.
En varias expediciones de los años 40 escaló gran parte de los nevados del pais, caminando sobre lenguas glaciares que bajaban en la época a 4500 metros de altitud. En la Sierra Nevada del Cocuy, Kraus fotografió los glaciares occidentales del sur de la Sierra que formaban paredes de hielo de varias decenas de metros y se rompían desprendiendo enormes seracs que flotaban sobre las lagunas. Los picos que culminan en el Ritacuba Blanco a 5360 msnm, caen al oriente formando inmensas paredes verticales, de hasta 800 metros de altura, cortando niveles de arenisca de la Formación Aguardiente del Cretáceo Inferior (Kia) a todo lo largo de la Sierra.
Una segunda cadena de picos nevados formados por estratos de lodolitas oscuras de la Formación Río Negro (Kirn) que se levantan verticalmente, está separada de la primera cadena por un profundo valle a 4300 m.s.n.m. Morrenas con material arrastrado por el hielo que todavía no han sido colonizadas por la vegetación, dominan todo el paisaje a lado y lado de la Sierra a esa misma altura. Probablemente corresponden a la extensión máxima de los glaciares durante la conocida Pequeña Edad de Hielo que dominó el planeta entre la Edad Media y mediados del siglo 19, según los estudios de Van der Hammen sobre la secuencia glacial y la historia ambiental de la región (1980).
Ambos personajes -el deportista y el científico- se unieron en una expedición glaciológica para conmemorar el Año Geofísico Internacional en 1959 y dejaron marcada con pintura en la roca la extensión de algunos glaciares en el Cocuy y la Sierra Nevada de Santa Marta. A pesar de algunos esfuerzos, nunca pudimos encontrar esas huellas que hubieran sido los primeros monitoreos del retiro de los glaciares en Colombia.
En el sector central del Cocuy, a tres días de camino desde Boyacá, las dos cadenas se unen en un paso a 4600 metros sobre el glaciar de El Castillo, localizado en Arauca. Al final de la década de los 70 se requerían tres horas de marcha para atravesarlo, hoy en día ese glaciar no existe y hoy se camina sobre rocas de ambientes marinos anóxicos recién expuestas. Los procesos de meteorización son muy intensos, por oxidación abrupta de pirita se produce ácido sulfúrico que disuelve el hierro y otros metales asociados y ataca químicamente las arcillas que liberan aluminio.
Las aguas de lagos y ríos se cargan de estos iones y dejan de ser potables, el paisaje donde dominaba el blanco de la nieve y el azul del hielo glaciar, hoy día presenta el color negro de la roca y el rojizo de los óxidos de hierro. Las aguas se vuelven turbias y de color naranja o adquieren extrañas tonalidades turquesa de precipitados blancos de aluminio que se forman por contacto con las calizas de la Formación Tibú Mercedes (Kitm).
Sabiendo que el tiempo apremia para reconocer señales contundentes de cambios climáticos en el pasado reciente, el SGC inicia este año los contactos institucionales y científicos necesarios para apoyar los estudios glaciológicos. Recuperar y analizar núcleos de hielo con técnicas isotópicas y geoquímicas en algunos de los últimos glaciares tropicales del paÍs y las huellas que deja en el paisaje su desaparición, es el objetivo que busca el grupo de cambio climático de la DGB.
LIBERACIÓN GEOQUÍMICA DE HIERRO Y ALUMINIO DE LODOLITAS EXPUESTAS POR DESCONGELAMIENTO DE LOS GLACIARES