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Figura 1. Erupción volcán Nevado del Ruiz el 1 de septiembre de 1989 (Fotografía Ricardo Arturo Méndez Fajury).
Un día como hoy, 1 de septiembre pero de 1989, se presentó una erupción en el volcán Nevado del Ruiz (Colombia), catalogada en esos momentos como freato-magmática, con una duración de 2 horas y 24 minutos, precedida y seguida de pequeñas erupciones freáticas de cenizas.
El evento principal se inició a las 03:06 hora local de ese 1 de septiembre, y presentó dos picos máximos: el primero ocurrió a las 03:30 horas y el segundo mucho mas grande, a las 04:30. La emisión de cenizas continuó de manera ininterrumpida hasta las 16:30 horas, cuando deja de ser emitida a la atmósfera, pero queda suspendida en el ambiente por muchas horas más.
El episodio principal generó una columna eruptiva superior a los 8 km de altura sobre el cráter, pero ésta fue controlada posteriormente por la acción de los fuertes vientos, haciendo que se recueste sobre la superficie del edificio volcánico y se dispersara hacia el W (Figura 1), alcanzando a llegar a poblaciones (entre muchas otras) como Manizales (Figura 2), Villamaría y Chinchiná (departamento de Caldas), Santa Rosa de Cabal y Pereira (Risaralda) y Bahía Solano (Chocó).
Figura 2. Caída de ceniza en Manizales 4:30 pm (Fotografía Ricardo Arturo Méndez Fajury).
El material emitido se estableció que estaba conformado por líticos y pómez, de tamaños desde bombas (≥ 7 cm) a ceniza muy fina, cuya composición varió de andesitas ácidas a dacitas, conformado principalmente por plagioclasas y piroxenos y como material accesorio biotitas y anfíboles.
Adicionalmente, esta erupción generó un lahar, tipo flujo de escombros, muy similar al ocurrido con la erupción del 11 de septiembre de 1985, que fluyó por el cauce del río Azufrado hasta una distancia inferior a los 7 km de distancia, sin llegar al sitio donde se tenía el monitor de flujos de lodo.
Figura 3. Vehículos de funcionarios del Comité Regional de Emergencia de Caldas cubiertos de ceniza en el parqueadero del Observatorio Vulcanológico y Sismológico Manizales (Fotografía Ricardo Arturo Méndez Fajury).
Esta erupción se puede considerar como el primer éxito en la vigilancia volcánica y por ende en la gestión del riesgo volcánico en Colombia, dado que desde semanas anteriores se empezaron a dar los avisos pertinentes a las autoridades y comunidad en general, sobre la posible ocurrencia de una erupción en términos de días o semanas y desde la tarde del 31 de agosto de 1989, se expidió el aviso de que la erupción era inminente o en curso, haciendo que las entidades que conformaban el Comité Regional de Emergencias tomaran las medidas necesarias para evitar alguna catástrofe (Figura 3).