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Teniendo en cuenta la sismicidad que se ha presentado recientemente en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, la Dirección General Marítima (Dimar), la Defensa Civil y el Servicio Geológico Colombiano (SGC), se unieron para apoyar a la comunidad en el conocimiento del riesgo sísmico, así como en el fortalecimiento de sus capacidades para reducir potenciales efectos y responder ante posibles emergencias.
 
Para este fin, se llevó a cabo un taller de apropiación social del riesgo sísmico San Andrés y Providencia, evento adelantado entre el 5 y7 de diciembre del 2018, y al que asistieron representantes de la Secretaría de Planeación, Migración Colombia, la Dirección Nacional de Bomberos, radiodifusoras, juntas de acción comunal, comunidades religiosas, apoyo al desarrollo social y comunitario, sectores salud, hotelero, educación, Armada Nacional de Colombia, Fuerza Aérea Colombiana, Dimar, Policía Nacional, y personas del equipo que participa en el desarrollo del esquema de ordenamiento territorial, entre otros.
 
Durante el evento, la población participó activamente interiorizando los conceptos más relevantes de la geología de la zona, el monitoreo sísmico, la alerta de tsunami, y la amenaza sísmica. A su vez, se atendieron dudas sobre los eventos recientes, haciendo énfasis en que el riesgo sísmico no es únicamente el resultado de los sismos, sino de los procesos constructivos y de ocupación del territorio; de la exposición y de la fragilidad de la población y su infraestructura.
 
En el marco del taller se estableció un diálogo entre los miembros del Consejo de Gestión del Riesgo de la región, con el fin de revisar los avances en la implementación de estrategias de respuesta a emergencias, así como de fondos y recursos para la gestión del riesgo.
 
De igual manera buscando concretar acciones en el corto plazo, se establecieron actividades y fechas específicas para que el Consejo de Gestión del Riesgo avance en el fortalecimiento de la capacidad de respuesta, partiendo del principio que la base del sistema de gestión del riesgo es la comunidad; reconociendo que la comunidad somos todos.