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3 de junio de 2024. El pasado 3 de mayo de 2024, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) modificó el estado de alerta de Amarillo a Naranja del volcán Puracé con base en la evaluación integral de los parámetros monitoreados, los cuales registraban cambios significativos en tres variables: aumento en las emisiones de dióxido de azufre (SO₂) y dióxido de carbono (CO₂), deformación del suelo y aumento de la sismicidad. Este último, específicamente, fue registrado de manera súbita el 29 de abril de 2024 y los otros dos fueron aumentando paulatinamente hasta el día del cambio de alerta, evidenciando mayor probabilidad de una eventual erupción del volcán.
Desde entonces, el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán del SGC ha continuado el monitoreo 24/7 del volcán y el de la estructura volcánica Los Coconucos (EVLC); así como intensificado las actividades de apropiación social del conocimiento en las comunidades locales y departamentales que hacen parte del área de influencia, según el mapa de amenaza elaborado por el SGC en el año 2014.
Con el fin de mantener informada de manera adecuada y oportuna a la opinión pública y las autoridades sobre el estado actual del volcán Puracé, desde el SGC precisamos cómo ha evolucionado el comportamiento de los tres parámetros que llevaron al cambio en el estado de alerta, en las últimas cuatro semanas:
Por otra parte, las cámaras web usadas para monitorear el volcán también permiten ver que, durante el último mes, las fumarolas han crecido en fuerza, los flujos de los gases son mayores y el campo fumarólico (zona de fracturas por donde salen chorros de gas) del flanco norte se ha ido extendiendo. Incluso el SGC ha detectado la formación de surcos debajo del campo fumarólico que podrían haberse formado por la salida de agua o lodo. Esto indicaría que la actividad del volcán está afectando el sistema hidrotermal.
Deformación de la superficie del volcán: de acuerdo a los datos registrados en el último mes, la superficie del volcán continúa cediendo ante la presión interna. Cabe recordar que, en el caso del volcán Puracé, este proceso lento y constante de deformación debajo del cráter, inició cuando ocurrió un evento eruptivo el 29 de marzo de 2022 y hasta hoy sigue sucediendo. El fenómeno ha sido medido instrumentalmente por equipos como el GNSS (Sistema mundial de navegación por satélite) y el método DInSAR (Radar de apertura sintética de interferometría diferencial) e indicaría que probablemente hay un proceso intrusivo dentro del volcán, es decir, que un cuerpo de magma de pequeñas dimensiones puede estar ubicándose a niveles más superficiales debajo del edificio volcánico.
Teniendo en cuenta lo anterior, John Makario Londoño, director del área técnica de Geoamenazas del SGC, advierte que tras un mes en estado de alerta Naranja, el volcán Puracé continúa inestable. “La disminución sísmica no quiere decir que el volcán haya retornado a un estado de estabilidad. Es necesario evaluar todos los parámetros en conjunto y basados en ello, el estado del volcán Puracé sigue teniendo una mayor probabilidad de hacer erupción. Está emitiendo más gases, la temperatura ha aumentado y la superficie sigue deformándose”, afirma.
En ese sentido, el director de esta área del SGC, aclara que no es posible establecer cuándo el volcán volverá a un estado de alerta amarilla o si evolucionará a rojo, pues en los procesos naturales, y en especial los volcánicos, la estabilización puede tomar años, mientras que la desestabilización, horas. “Un ejemplo es el volcán del Huila. En 2007, tras estar totalmente tranquilo, se desestabilizó en 17 horas e hizo erupción. Solo siete años después, hasta 2014, su comportamiento volvió a estabilizarse”, dice.
El SGC hace un llamado a las comunidades locales, ubicadas en el área de influencia del volcán, a no acercarse al cráter, pues la cantidad de gases que actualmente emite el volcán, y las potenciales erupciones que podrían ocurrir por la inestabilidad del mismo, pueden generar daños mortales a las personas. Adicionalmente, las invita a estar informadas sobre la evolución del volcán a través de los canales oficiales de la entidad y a seguir las recomendaciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). La preparación y actualización de los planes de contingencia y emergencia, serán la clave para evitar una tragedia frente a una eventual erupción.