Resumen
 
El volcán Nevado del Ruiz (VNR) está localizado en la Cordillera Central de Colombia, es considerado uno de los volcanes más activos del país y es monitoreado desde 1985 por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales del Servicio Geológico Colombiano. La morfología actual de la cima del VNR (5321 m s.n.m.) y de su cráter principal es consecuencia de: la compleja interacción entre los procesos volcánicos ─efusivos y explosivos─, la distribución de los depósitos volcánicos, la erosión causada por el calentamiento global y la dinámica de la cobertura glaciar (Figura 1).

                      

Figura 1. Fotografías de la cima del VNR de 2020 (A) y de 2010 (B), tomadas en sobrevuelos con el apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Se aprecia: el cráter Arenas, la cabecera del río Azufrado, el área del casquete glaciar contigua al cráter, la depositación de ceniza, la emisión de gases y vapor y las paredes de las cornisas interiores.
 

Morfología
 
La morfología del cráter principal del VNR, denominado Arenas, fue configurada como resultado de la actividad posterior a las erupciones de 1845, 1985, 1989 y 2012, la inestabilidad del sistema volcánico producida por el ciclo actual de actividad (2010-2020) y la dinámica glaciar. Actualmente, el cráter Arenas tiene una morfología irregular y elongada, un diámetro mayor de 980 m en dirección SO-NE, un diámetro menor de 900 m en dirección SE-NW y una profundidad aproximada de 300 m (Figura 1). El cráter Arenas posee grandes depresiones contenidas dentro de cornisas o terrazas menores, paredes internas, un fondo y varios campos fumarólicos con emisión de gases y ceniza. Dichos campos fumarólicos se mantuvieron con actividad intermitente después de las erupciones de 1985 y 1989 y con mucha intensidad durante el actual ciclo de actividad (2010-2020).
 
La parte superior (zona más superficial) del conducto volcánico del VNR se localiza justo en el fondo del cráter Arenas (Figura 1B). Esta zona del volcán es considerada la más inestable y hasta agosto de 2015 se caracterizó por presentar múltiples focos activos de emisión de vapor de agua, dióxido de azufre (SO2) y otros gases volcánicos, acompañados de emisiones de ceniza.
 
Actual ciclo de actividad y domo de lava
 
El actual ciclo de actividad del VNR estuvo precedido por 8 años de estabilidad y bajos niveles de sismicidad, periodo en el que el nivel de actividad se mantuvo en Verde. En septiembre de 2010, se incrementó la sismicidad asociada con dinámica de fluidos y la emisión de SO2. Este incremento dio lugar al cambio de nivel de actividad (de Verde a Amarillo). En 2012, el VNR continuó mostrando cambios en su comportamiento. En marzo nuevamente se incrementó la sismicidad asociada a fluidos, la emisión de vapor de agua y SO2, las emisiones de ceniza y la deformación. Dicho incremento dio lugar a un nuevo cambio de nivel de actividad (de Amarillo a Naranja).
 
Estando en nivel de actividad Naranja (expectativa de ocurrencia de una erupción en el término de días a semanas), el VNR tuvo dos erupciones menores en mayo y junio de 2012. Estas erupciones fueron pequeñas, con columnas eruptivas menores de 10 km de altura, con generación de pequeños flujos de lodo (afectaron la zona proximal del volcán) que no causaron pérdida de vidas humanas. El manejo adecuado de esta crisis permitió que el SGC realizara una gestión exitosa del riesgo volcánico.
 
Después de las erupciones de 2012, el VNR mantuvo un comportamiento inestable con: ocurrencia de sismos (asociados a fracturamiento de roca y dinámica de fluidos al interior del sistema volcánico), emisiones permanentes (principalmente, vapor de agua, SO2 y ceniza) y registro continuo de una gran inflación del edificio volcánico. En agosto de 2015, nuevo magma fue emplazado y se empezó a construir un domo de lava en el fondo del cráter Arenas, que se mantuvo creciendo por varios meses, alcanzando en enero de 2020 un diámetro mayor estimado de 173 m, una altura máxima estimada de 60 m y un volumen aproximado de 1 500 000 m3 (Figuras 2, 3 y 4).
 

                          

Figura 2. Fotografías del cráter Arenas de enero de 2020, tomadas en sobrevuelos con el apoyo de la FAC. Se observa: el borde del cráter (A), un cráter secundario de 150 m de diámetro localizado al Oeste (B), las cornisas interiores (C), el domo de lava (D), una depresión en el centro del domo causada por una posible subsidencia y enfriamiento de la lava (E), un foco de emisión de gases y ceniza con un diámetro de aproximadamente 15 m (cráter secundario) (F) y varios focos de emisión de gas ubicados alrededor del cráter (G, H e I).

Figura 3. Imágenes captadas por el sistema satelital PlanetScope el 14 de marzo de 2018 (A) y el 10 de enero de 2020 (B). En las dos imágenes se aprecia el domo de lava emplazado en el fondo del cráter del VNR. Cortesía Planet Lab Inc. (https://www.planet.com/).

Figura 4. Croquis del cráter Arenas del VNR y sus principales rasgos morfológicos, incluido el domo de lava.

Las zonas identificadas en la figura 4 presentan una buena correspondencia con información satelital disponible para el área del cráter Arenas. La Figura 5 muestra algunas imágenes térmicas del interior del cráter del VNR que fueron captadas por el sensor multi-espectral del sistema satelital Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA). Dichas imágenes corresponden a una combinación espectral que responde apropiadamente a las temperaturas del interior del cráter: bandas de Sentinel-2 B12 (SWIR2), B11 (SWIR1) y B8 (NIR), donde lo más frío se ve azul y lo más caliente rojo y amarillo. Se resalta la zona de anomalías térmicas localizadas hacia el borde noroccidental del domo, propuesta como un posible cráter secundario.
 

                                       

Figura 5. Imágenes térmicas captadas por el sistema satelital Sentinel-2 para la zona del cráter Arenas del VNR del 10 de marzo de 2018 (A), el 10 de diciembre de 2018 (B), el 20 de diciembre de 2019 (C) y el 4 de enero de 2020 (D). Se observan las zonas de anomalías térmicas asociadas a los focos de desgasificación y emisión de cenizas.