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Lengua de señas
Fuente: Gutiérrez de Alba, 2012. Lugar: Honda, Convento San Juan de Dios.
Indagar por los temblores que sucedieron en un pasado lejano, cuando aún no existía la tecnología para monitorearlos, no es una tarea sencilla. Aquí las principales razones por las que la sismicidad histórica, como se denomina la línea de investigación de estos eventos antiguos, es necesaria para entender la amenaza sísmica del país.
En enero de 1644, en Pamplona (Norte de Santander); en junio de 1805, en Honda (Tolima), y en mayo de 1885, en El Tambo (Cauca), ocurrieron terremotos que, de no ser por los esfuerzos de investigación en sismicidad histórica que se han llevado a cabo en el país, y que en los últimos años ha estado encabezada por profesionales del SGC, hubieran quedado en el olvido. Pero, ¿qué sentido tiene haber desentrañado los detalles de estos y otros eventos? Existen varias razones, y una de ellas es complementar el catálogo sísmico, es decir la lista de sismos que han ocurrido en el país. Esto no solo resulta importante para entender la frecuencia de los terremotos y sus efectos, sino que da una base informativa para evaluar la amenaza sísmica del territorio nacional.
Ilustración del antiguo puente sobre el río Gualí años después del sismo de Honda en 1805. Se observan las ruinas del antiguo puente de Calicanto, destruido por el sismo (Gutiérrez de Alba, 2012). Consultar más aquí
Así lo explica Diana Barbosa, integrante del grupo de Evaluación de Amenaza y Riesgo Geológico del SGC y una de las profesionales que adelanta la investigación histórica de eventos sísmicos, quien explica que la sismicidad histórica se ocupa de estudiar tres tipos de eventos: los ocurridos antes de que existiera la tecnología para monitorearlos (como sismógrafos y acelerógrafos); los sucedidos entre 1900 y 1980, años en los que el registro instrumental no tenía la calidad suficiente; y los sismos posteriores a 1980, los cuales, si bien cuentan con registro instrumental, se utilizan para comparar sus valores de intensidad con los sismos pre-instrumentales.
Añade que el análisis de estos sismos se enfoca en una metodología de investigación basada en tres aspectos esenciales:
Milena Sarabia, quien hace parte del mismo grupo que Barbosa, asegura que, además de complementar el catálogo sísmico y mejorar los parámetros de eventos instrumentales de baja calidad, conocer los terremotos pasados aporta a la caracterización de las fuentes sismogénicas, es decir de los sistemas de fallas geológicas activos, especialmente para la asignación de magnitudes máximas de esas fuentes, lo cual es indispensable para evaluar la amenaza sísmica.
Sarabia y Barbosa coinciden en que la sismicidad histórica permite, además, que las comunidades incorporen la información y el conocimiento que se desprende de este proceso de investigación tanto en la planeación de sus territorios, como en estrategias de gestión de riesgo.
“La memoria histórica, en este caso, sirve para concientizar a las personas sobre los sismos que han ocurrido en los lugares que habitan y sobre los riesgos a los que están expuestos…Es necesario tener en cuenta que el hecho de que haya ocurrido un sismo en un lugar, indica que esa zona es sísmicamente activa y, por lo tanto, es probable que ocurra nuevamente un sismo de características similares”, dicen.
Frente a esto, aclaran que los efectos de los sismos pueden reducirse en un mismo lugar, especialmente si la población y los entes gubernamentales llevan a cabo protocolos de preparación y actuación y cumplen con las normas y actualizaciones del Reglamento de Construcciones Sismo Resistentes. “Esto reduce el impacto sobre las personas, las construcciones y la economía”.
Más sobre el registro histórico de sismos…
Si quieres conocer cuales son los sismos que se han estudiado por parte del equipo de Sismicidad Histórica del Servicio Geológico Colombiano, y encontrar información detallada de estas investigaciones, da clic aquí.