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Thomas van der Hammen, el geocientífico que nos enseñó a entender la naturaleza desde muchos puntos de vista
Entre todos los aportes que hizo el geólogo y botánico Thomas van der Hammen a las geociencias, se destacan los estudios realizados sobre diferentes períodos de la historia geológica, tales como:
1. Paleógeno
Thomas van der Hammen, geoecólogo holandés, inició sus trabajos en Colombia durante la década de 1950, cuando fue jefe del Departamento de Paleobotánica del entonces Servicio Geológico Nacional, hoy Servicio Geológico Colombiano. Impulsado por el amor hacia la naturaleza, el mismo que creía esencia del universo y base de la existencia de la vida, empezó a desentrañar la historia ambiental del Cenozoico a través del estudio de las que pueden considerarse las huellas dactilares de las especies vegetales a nivel microscópico: el polen y las esporas.
El estudio de estos microfósiles le permitió generar conocimiento sobre:
Además, van der Hammen fue pionero en estudios palinológicos que aportaron a la estratigrafía y la correlación de las unidades del Paleógeno y del Cretáceo Superior en la actual región Andina, en los valles interandinos y en la costa atlántica.
Estos aportes fueron fundamentales para plantear, posteriormente, la ocurrencia de fases orogénicas que dieron lugar al levantamiento de la cordillera Oriental y a cambios en el nivel del mar. De estos estudios resultaron las primeras preguntas acerca de la influencia de procesos tectónicos y cambios climáticos en la distribución y evolución de los ecosistemas en el pasado geológico.
2. Neógeno
Los hallazgos de van der Hammen aportaron información sobre el levantamiento de la cordillera Oriental colombiana durante el Neógeno y, a su vez, sobre cómo este proceso generó condiciones climáticas que permitieron la evolución, adaptación y migración de la vegetación a nuevos ambientes. Es el caso de las especies neotropicales de las tierras bajas de la actual Amazonia, las cuales, con los primeros pulsos de levantamiento durante el Mioceno Medio, empezaron a adaptarse a condiciones de mayor altura y por consiguiente climas menos cálidos.
De la misma manera, los trabajos del geocientífico en los alrededores de la Sabana de Bogotá mostraron que, para el Plioceno medio, esta área ya presentaba alturas mayores a los 2000 m s. n. m., lo que favoreció el desarrollo de un bosque montano con un alto nivel de evolución en el Plioceno Tardío. Esos procesos de orogénesis andina explican el origen de la gran biodiversidad de la flora del neotrópico actual[1].
3. Cuaternario
Las investigaciones de Thomas van der Hammen sobre el Cuaternario, que combinaron aspectos geológicos, biológicos, climatológicos e incluso arqueológicos, permitieron una comprensión más completa de la evolución de la vegetación, la historia geoambiental y la llegada de los primeros pobladores a la Amazonia y los Andes colombianos.
Junto con Henry Hooghiemstra, su sucesor en la Universidad de Amsterdam, estudió la historia continua del desarrollo de la vegetación y de las fluctuaciones climáticas ocurridas durante el Cuaternario en Colombia. Prueba de ello son los pozos Funza I (357 m) y Funza II (562 m), ubicados en el centro de la Sabana de Bogotá, los cuales constituyeron uno de los registros más completos del Cuaternario de un depósito lacustre a nivel mundial.
Núcleo Funza II. Fotografía tomada por el laboratorio de imágenes de la Litoteca Nacional del SGC en mayo de 2024.
La historia evolutiva del páramo fue también uno de los grandes aportes de Thomas van der Hammen, pues recabó información sobre cómo, bajo la influencia de cambios de clima, se dio la adaptación, la dispersión de especies y la especiación por aislamiento. Con esto ayudó a establecer una cronología detallada de los eventos glaciares e interglaciares ocurridos en este periodo, enfocándose en las dinámicas climáticas y sus efectos en los ecosistemas[2].Sobre la Amazonia, van der Hammen proporcionó información clave para entender cómo las fluctuaciones de temperatura y precipitación afectaron la vegetación durante el último período glacial, pasando de sábanas a la selva tropical. Durante muchos años sostuvo una polémica científica con otros grupos de investigación sobre la extensión de la selva amazónica y las sabanas tropicales de Suramérica, la cual lo llevó a plantear la hipótesis de refugios de vegetación selvática como islas en medio de amplias regiones de vegetación abierta. Esta situación la interpretó como una consecuencia de la disminución de la humedad en las tierras bajas en sincronía con los períodos glaciales más fríos y secos en la zona andina[3]. Además, van der Hammen participó en los primeros hallazgos que evidencian la presencia del hombre, durante el Pleistoceno Tardío en Colombia, en los abrigos rocosos del Abra y el Tequendama, en la altiplanicie de Bogotá. Su trabajo fue más allá: a través de evidencias paleoambientales, van der Hammen reconstruyó la prehistoria ecológica y la relación entre los cambios ambientales y la evolución humana, así como las adaptaciones culturales de los grupos prehistóricos en respuesta a estos cambios[4].4. GlaciaresEn los estudios del proyecto Ecoandes que van der Hammen dirigió en el Parque Nacional Natural de los Nevados, se evaluó la cronosecuencia volcanosedimentaria del Tardiglaciar y el Holoceno, las geoformas de origen glacial, y la palinología de suelos de páramo. Los resultados mostraron los avances de las masas glaciares que cubrieron extensas regiones de la cordillera Central durante las fases frías de la última glaciación en la alta montaña tropical.Junto con Erwin Kraus, van der Hammen realizó excursiones a la Sierra Nevada de Santa Marta y El Cocuy durante el Año Geofísico Internacional de 1959, dentro del programa de glaciología del Instituto Geológico Nacional. Así inició los trabajos de glaciología histórica, visualizando el retiro final de los glaciares para la época actual, tal como está ocurriendo. En estudios posteriores de los años 80 reconoció con gran detalle los avances y retrocesos de los glaciares durante la última glaciación, un fenómeno que ocurrió sincrónicamente en todo el mundo con fluctuaciones menores.5. Cambio climático y biodiversidadDurante sus extensos recorridos por Colombia, en el marco de estudios más amplios compilados en diferentes documentos y en sus libretas de campo, Thomas van der Hammen consignó la diversidad de la vegetación, en particular aquella determinada por los pisos climáticos en las cordilleras de la región Andina y la Sierra Nevada de Santa Marta[5].
De acuerdo con los estudios paleoclimáticos, la cobertura continua permitía la migración entre los cinturones de vegetación con poca extinción de especies. Los estudios de van der Hammen demostraron también la alta sensibilidad de los ecosistemas tropicales de montaña a la variabilidad climática, lo que puede tener implicación en la predicción de la respuesta de estos ecosistemas al cambio climático futuro[6].
Van der Hammen también alertó que la fragmentación de los bosques andinos, separados por amplias zonas deforestadas, representa un peligro de extinción masiva, con la consecuente pérdida de biodiversidad durante el actual cambio climático. Su propuesta y legado como estrategia de conservación consiste en establecer corredores de vegetación entre los bosques andinos desde el límite superior de la línea de árboles (3500-3770 metros de altitud) hasta las tierras bajas tropicales.
Parte de sus investigaciones se centraron en la historia ambiental de la sabana de Bogotá y en los procesos de formación de los humedales y ecosistemas asociados. También, en las consecuencias de la intervención de los entornos naturales a través de actividades como la tala del bosque nativo, la contaminación de cuencas hidrográficas y la sobreexplotación de aguas subterráneas.
Su trabajo ha sido fundamental para la planificación ambiental y el manejo sostenible de los recursos naturales en la sabana de Bogotá y la ciudad misma. Una de sus principales preocupaciones fue el impacto de la expansión urbana sobre ecosistemas naturales como los páramos, los bosques alto andinos, los humedales y los cuerpos hídricos. La Reserva Forestal Thomas van der Hammen, conformada por 1395 hectáreas al norte de Bogotá, y creada como un homenaje al geocientífico, es actualmente un sitio estratégico para recuperar y proteger la región contra la expansión no sostenible de la ciudad.
[1] Thomas van der Hammen (ed.). 1995. Plioceno y Cuaternario del altiplano de Bogotá y alrededores, Análisis Geográficos No. 24, IGAC.
[2]Thomas van der Hammen. 1992. Historia, ecología y vegetación. Corporación Araracuara.
[3] Thomas van der Hammen y Henry Hooghiemstra. 2000. Neogene and Quaternary history of vegetation, climate and plant diversity in Amazonia. Quaternary Science Reviews 19. 725-742.
[4] Thomas van der Hammen et al. 2004. Aspectos geoambientales de la Sabana de Bogotá. Publicaciones Geológicas Especiales de Ingeominas No.27.
[5] Estudios de Ecosistemas Tropandinos, editor de 7 volúmenes, proyecto Ecoandes (1980 a 2018).
[6] Thomas van der Hammen. 1995. Global change, biodiversity and conservation of Neotropical Montane Forest. The New York Botanic Garden, pp. 603-607.