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Lengua de señas
Efectos del sismo en la iglesia de Guadalupe. Foto: revista El Gráfico.
En la corteza terrestre hay zonas de fractura que son generadoras de sismos y que son conocidas como sistemas de fallas activas. En Colombia, estas zonas se ubican especialmente en las regiones Andina, Pacífico, Caribe y en el Borde Llanero-Amazónico.
Una vez estas fracturas se dan, se convierten en áreas potenciales para transportar ondas sísmicas en el futuro, lo que explica que desde la ciencia podamos saber que donde hubo un sismo o este tuvo efectos, es probable que vuelva a ocurrir. Esto es muy diferente a predecir la ocurrencia de un sismo, pues, científicamente no es posible predecir la localización, magnitud o fecha en las que sucedería.
En el caso de Bogotá, el registro histórico que tenemos en el SGC da cuenta de la ocurrencia de siete sismos importantes en los últimos 379 años que han tenido efectos significativos en la ciudad (ninguno de ellos con epicentro allí), y el más destructivo de todos se dio exactamente hoy hace 106 años:
Así quedó la iglesia de Lourdes, en Chapinero. Al derrumbarse causó la muerte de varias personas e hirió a otras.
Foto: revista El Gráfico.
En resumen, si bien la sismicidad histórica de Bogotá muestra que sí es probable que en algún momento ocurra un sismo de magnitud considerable que tenga efectos en la capital del país, definitivamente no es posible saber dónde ni cuándo ocurriría.
Lo importante es conocer estos antecedentes sísmicos y prepararnos de tal forma que podamos minimizar los impactos en caso de que dicho sismo se dé. Esto lo podemos hacer de dos formas: promoviendo y exigiendo la construcción de infraestructura que cumpla las normas de construcción sismorresistente vigentes (ya que el sismo en sí mismo no pone en riesgo la vida; el colapso de las estructuras, sí), y consolidando una cultura de la reducción del riesgo sísmico en la que los ciudadanos conozcamos los espacios que habitamos, participemos de los simulacros nacionales y locales para saber qué hacer en caso de sismo, y estemos al tanto de la amenaza y el riesgo a los que podemos estar expuestos según la zona del país donde vivimos.
“Este es un buen momento para que todas las regiones del país evalúen el riesgo sísmico que tienen, especialmente en la Andina, el Pacífico, el Caribe y el Borde Llanero-Amazónico. También, para que las instituciones públicas revisen cómo están sus planes de emergencia y para que los ciudadanos reflexionen sobre qué tan preparados están para reaccionar ante un sismo de una magnitud considerable y sobre cómo están construidas sus viviendas”, explica Lina Aguirre, geóloga del grupo evaluación, monitoreo y diagnóstico de las dinámicas geológicas del SGC.
En la actualidad, el SGC se encuentra actualizando estudios sobre la actividad de las fallas geológicas que pueden generar sismos en la zona de Villavicencio, con lo cual se espera tener un mejor conocimiento de la amenaza sísmica de ciudades como esta y Bogotá, así como de los municipios cercanos.
Para tener en cuenta
Por su ubicación geográfica, Colombia es un país en el que se pueden presentar hasta 2.500 sismos al mes. Incluso, hay un lugar en donde prácticamente ocurren sismos todos los días y representa el 60% de la sismicidad ocurrida en Colombia: el Nido Sísmico de Bucaramanga, ubicado en el departamento de Santander, debajo del municipio de Los Santos.
Desde el SGC monitoreamos 24 horas, siete días a la semana la actividad sísmica del país a través de la Red Sismológica Nacional, compuesta por más de 200 estaciones ubicadas a lo largo del país, para mantener informada a la población y a las autoridades encargadas de gestionar el riesgo y mitigar los impactos de estos eventos.
En los 30 años que la Red lleva monitoreando la actividad sísmica en el país, se han registrado casi 300.000 eventos. Los boletines informativos de aquellos sismos de magnitud y profundidad relevantes se publican automáticamente en la página web y redes sociales oficiales de la Entidad.
A nivel nacional, la entidad encargada de determinar y reportar los daños generados por un sismo es la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastre (UNGRD), así como de gestionar el riesgo sísmico y atender las emergencias derivadas de la ocurrencia de este tipo de eventos.