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En la frontera entre Colombia y Ecuador se encuentra el complejo volcánico Chiles-Cerro Negro, una de las 25 estructuras volcánicas activas en el país. Desde 2013, el SGC monitorea la actividad de estos dos volcanes y trabaja con las comunidades en su zona de influencia para gestionar el riesgo ante una posible erupción.
Los volcanes Chiles (4.748 msnm) y Cerro Negro de Mayasquer (4.470 msnm) presentan estructuras colapsadas desde hace miles de años: Chiles hacia el norte y Cerro Negro de Mayasquer hacia el costado occidental. Sus cimas se encuentran separadas por una distancia de 4 km aproximadamente.
Desde finales del 2013, por solicitud de las autoridades del Resguardo Indígena de Chiles, quienes estaban preocupados por la ocurrencia de sismos sentidos, el SGC empezó a monitorear la actividad de este complejo volcánico en la parte colombiana, de la mano del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional del Ecuador (IGEPN) del otro lado de la frontera. La información de las redes se comparte en tiempo real para el seguimiento integral del sistema volcánico.
El monitoreo del CVCCN es esencial para el país porque la caracterización hecha desde el punto de vista geológico ha determinado su naturaleza explosiva, aunque no hay evidencias históricas de erupciones de ninguno de los dos volcanes. En particular, en los últimos años, se han detectado cambios en el interior del macizo volcánico que evidencian interacción entre el sistema magmático, el sistema hidrotermal y la tectónica de la región, lo que se ve reflejado en el tipo y características de los sismos que se registran, en los cambios de deformación de sectores de los volcanes, variaciones en las fuentes termales, agrietamientos, como signos principales de esos procesos dinámicos e internos.