El proyecto Geoparque Volcánico del Ruiz, enmarca la geodinámica de un paisaje labrado por antiguos glaciares y múltiples eventos volcánicos asociados principalmente a los Volcanes Cerro Bravo, Nevado del Ruiz, Nevado de Santa Isabel, Nevado del Tolima y Cerro Machín. Dichos volcanes se localizan entre las cuencas de los ríos Cauca y Magdalena, en la parte más septentrional de la cadena volcánica de la cordillera de los Andes.
Este grupo de volcanes presentes en el área del Geoparque volcánico del Ruiz, comenzaron su actividad en el Pleistoceno (hace aproximadamente 1.8 millones de años) con la primera actividad relacionada al complejo volcánico Nevado del Ruiz y al Volcán Nevado de Santa Isabel. Junto a estos siguió la aparición de los demás volcanes, Cerro Bravo (hace 50000 años), Nevado del Tolima (hace 14000 años) y Cerro Machín (hace 5100 años). Estas montañas humeantes en conjunto se han relacionado de una u otra forma con el Sistema de Fallas de palestina y se han construido, en su mayoría, sobre el basamento paleozoico de rocas metamórficas del Grupo Cajamarca, así como en rocas más recientes pertenecientes al Cenozoico, como las granodioritas del Stock de Manizales y rocas del Batolito del Bosque. Dichos volcanes han sido clasificados como estratovolcanes, a excepción del Volcán Nevado de Santa Isabel, clasificado como un complejo de domos y el Cerro Machín, como un anillo piroclástico complejo. En cuanto a su litología, es común encontrar depósitos de lavas de composición andesítica y dacítica que en muchos casos se extienden por kilómetros, además de depósitos piroclásticos, flujos de cenizas, escoria y pómez, avalanchas de escombros y la hares provocados por el deshielo de los casquetes glaciares de algunos de los volcanes o la alta pluviosidad del área (Alarcón et al., 2000).
De igual forma, en el área del proyecto de geoparque, se aprecian rasgos estructurales de relevancia nacional, como la falla geológica de San Jerónimo que pone en contacto estratos del Complejo Cajamarca de origen continental con estratos del Complejo Quebrada Grande de origen oceánico, así como el Sistema de Fallas Villamaría-Termales, con gran influencia en la tectónica de la zona. Asociadas a los sistemas de fallas de la región, existen varias fuentes hidrotermales, frecuentemente utilizadas como destino turístico. Otro rasgo que se destaca en la región es el modelado glaciar, ya que se observan geoformas como valles en U, morrenas y lagunas. Así mismo, se encuentra registrada la pequeña edad de hielo, periodo global de enfriamiento que tuvo lugar entre los siglos XV y XIX. En particular, se han llevado a cabo estudios de cambio climático, con base en el retroceso glaciar, principalmente en el Volcán Santa Isabel y Nevado del Ruiz.
El Volcán Nevado del Ruiz es el volcán emblemático del geoparque, por ser un referente internacional en estudios de vulcanología y gestión del riesgo, reconocido incluso por otros geoparques volcánicos, cómo el Unzen Volcanic Area UNESCO Global Geopark. Este ha sido clasificado como un volcán compuesto, nombrado Kumanday o Tama, por los Quimbayas; presenta una altura de 5321 msnm, y posee una cubierta glaciar de 9 km2 con 49 m de espesor promedio de hielo (Martínez et al., 2014).
En el área de influencia se aprecian los diferentes episodios eruptivos del Volcán Nevado del Ruiz, entre ellos los depósitos de lahar asociados a erupciones recientes del 12 de marzo de 1595, el 19 de febrero de 1845 y el 13 de noviembre de 1985 (Martínez et al., 2014)siendo esta última la que generó flujos de lodo (lahares) que arrasaron la población de Armero y afectaron zonas en los municipios de Villamaría y Chinchiná en el departamento de Caldas, con una cifra aproximada de 25000 muertes. El desastre asociado a la erupción del 85 fue catalogado como el segundo más grande de origen volcánico en el siglo XX. La erupción del volcán Nevado del Ruiz partió en dos la vulcanología a nivel mundial, dejando como gran lección el imperativo de cumplir una función social más allá de la ciencia per se y la necesidad de una gestión del riesgo volcánico exitosa en la que la comunidad sea clave, corresponsable y se apropie para su beneficio el conocimiento científico relacionado con estudios geológicos y de monitoreo volcánico que les oriente a tomar las mejores decisiones para salvar su vida y evitar repetir historias tan dolorosas para Colombia y el mundo.